
Como ya bien es sabido las TIC se han convertido
actualmente en un instrumento cada vez más indispensable en las instituciones
educativas. Los profundos cambios en la enseñanza que han supuesto los nuevos
instrumentos tecnológicos, exigen a estudiantes y profesores una nueva
formación de base y una formación continua para poder llevarlos a cabo de
manera eficaz y fructífera. Por lo tanto, supone el desarrollo de nuevas
competencias.
El desarrollo de las tecnologías de la información
y la comunicación (TIC) ha supuesto un impulso para la autonomía en la
educación y la formación y supone, en muchos casos, un nuevo espacio social de
interacción y aprendizaje.
Éstos permiten el diseño didáctico de actividades
orientados a la colaboración entre los participantes, la auto-formación y el
aprendizaje, y son también un medio lúdico para el desarrollo cognitivo.
Las TIC tienen una relevancia que permite diseños didácticos alternativos a los modelos tradicionales que
permiten a los estudiantes aprender mediante el trabajo en grupo, la
cooperación, llevando a cabo una construcción crítica y compartida del
conocimiento. Es decir, el hecho que supongan un canal de comunicación
interprofesional para el trabajo colaborativo y para el intercambio de información
e ideas tomando en cuenta cómo diseñar una
propuesta de trabajo que posibilite a los estudiantes vivenciar procesos de
aprendizaje en un contexto de colaboración entre ellos, de modo que el
conocimiento se construya de modo compartido una elaboración propia y personal
de lo tratado, una participación activa y de promover su responsabilidad.
Las TIC pueden promover el intercambio y el
contraste de puntos de vista para la construcción del aprendizaje (lo que
promueve también el constructivismo).